Para muchas de nosotras unas pestañas bonitas y cuidadas son uno de nuestros básicos de belleza indispensables, sin embargo ¿Qué sabemos de nuestras pestañas?
Su ciclo de vida es de 4 a 8 semanas: cada pestaña sigue un ciclo distinto. Influyen factores como su composición, la edad y la alimentación. Por este motivo, la duración del tinte y permanente de pestañas depende del ciclo de vida de la misma. Aunque las pestañas constantemente nacen, crecen y mueren, es muy importante tratarlas con productos de calidad y protegerlas cuando sea necesario. Por ejemplo, si eres de las que disfrutan usando los Rayos UVA, cúbrelas siempre, porque puedes correr el riesgo de que se te caigan antes de lo previsto.
Están compuestas por proteínas y agua: las pestañas son proteínas casi en su totalidad, en concreto, keratina. Sólo tienen un 3% de agua. Es muy importante reaccionar a tiempo si vemos que son débiles o tenemos menos cantidad de pelos. Existen productos regeneradores de pestañas que no sólo las fortalecen y regeneran, sino que alargan los efectos del tinte y permanente si los utilizamos de manera habitual.
Los únicos animales que tienen pestañas son los mamíferos: ¿no te habías dado cuenta? Pues así es, para los mamíferos las pestañas cumplen la función de detectar cambios en el ambiente, algo así como los bigotes para los felinos. El camello es el animal con las pestañas más largas, llegando a medir 16 cm de longitud. Sin duda son una gran herramienta a la hora de proteger su ojo de las fuertes ventiscas del desierto.
Son el hogar de cientos de ácaros: ¡Qué no cunda el pánico! Estos microscópicos seres cumplen una función muy importante: limpiar las células muertas y mantener limpios los folículos. Los tenemos todos, ya que no es una cuestión de higiene, edad o sexo, simplemente están ahí y nos protegen de infecciones, un precio más que razonable sólo por dejarlos vivir en nosotros.
Caen a diario: como hemos dicho antes, las pestañas tienen su ciclo pero no van todas al unísono. Cada día perdemos entre una y cinco pestañas, pero no lo notamos porque tenemos muchas en fase de crecimiento más avanzado.
Son diferentes entre sí: en la parte de arriba tenemos entre 150-200 pestañas, mientras en la parte de abajo sólo tenemos entre 70-80. Además, la longitud y la forma de las superiores es mucho más pronunciada y llamativa que las inferiores.
¿Por qué cuando maquillamos nuestras pestañas no podemos evitar abrir la boca? No lo niegues, nos pasa a TODAS. La explicación es muy sencilla: al ser una zona tan pequeña y delicada a la hora de manipularla prestamos toda nuestra atención a ellas, haciendo que los músculos faciales se relajen y la mandíbula también relajada, se abre irremediablemente por sí sola.
Las pestañas largas, no son mejores: según los cánones de belleza actuales pensamos que cuanto más larga es la pestaña, más atractiva y femenina resulta. Ahora bien, no nos olvidemos de la función principal de las pestañas, que es proteger el ojo. Estudios científicos han demostrado que para que esta tarea se lleve a cabo de la forma más efectiva, las pestañas deben medir como máximo un tercio del ancho del ojo.
Las pestañas crecen más rápido que el cuero cabelludo. Mientras el ciclo de una pestaña se renueva en un máximo de 90 días, el cuero cabelludo puede tardar hasta 6 años.
La persona con las pestañas más largas del mundo es un hombre: lo siento chicas, pero efectivamente es un caballero el que ostenta el título a pestaña natural más larga, con 6,9 centímetros. Para que te hagas una idea, la longitud media de una pestaña suele ser de 1 centímetro.
Cuidamos de ellas y su aspecto desde el año 4000 A.C. Sin duda sabemos que el pueblo Egipto dedicaba muchos esfuerzos para exaltar la belleza y postergar los efectos del envejecimiento. Lo que no sabe todo el mundo es que fueron los primeros en utilizar instrumentos para estilizarlas y cuidarlas, aunque el primer producto moderno fue creado en Francia, en el año 1913, por la marca Rimmel.